Los utensilios de cocina de madera pertenecen, para mí, a esa categoría de objetos especiales, nobles, sencillos y perfectos, a medio camino entre la mano y la papila, que adquieren con el tiempo esa pátina del uso que afina todos los instrumentos. Forman parte de los buenos momentos alrededor de una mesa, ese lugar intenso donde se funden trabajo y placer.